Traducir una página web es una forma de derribar muros y llegar a un público más amplio. Una buena traducción no solo implica que el mensaje sea comprensible para una persona que habla otro idioma, sino también que sus sensaciones al leerlo sean lo más parecidas posibles. Es decir, el objetivo es transmitir el posicionamiento de la marca más allá de las fronteras, no solo conseguir «que te entiendan».
Aunque Google Translate o determinados plugins hoy en día nos ayudan a comprender con mayor o menos dificultad sitios web o documentos en idiomas extranjeros, distan mucho de satisfacer el objetivo anterior. Una traducción humana —o, como mínimo, revisada por un humano— es la única forma de mantener el control de tu mensaje cuando te diriges a los hablantes de otra lengua. Los errores de traducción, causados a menudo por las traducciones automáticas sin revisar, pueden arrancar una carcajada a los lectores, pero no son precisamente beneficiosos para la reputación de las empresas que los cometen.
Desde luego, si se incluye una pestaña de cambio de idioma en el sitio web, los contenidos han de estar siempre traducidos o revisados por humanos que conozcan el mensaje de la marca. Por ello, en este artículo, sobre cómo traducir una página web, los costes que supone, los diferentes tipos de proveedores y la gestión de proyectos.
Traducir una página web: qué condiciones influyen
En el precio de una traducción, deben tenerse en cuenta distintos elementos que condicionarán el proyecto. Antes de entrar en cifras concretas, vamos a ver los distintos elementos que pueden influenciar el precio.
Número de palabras
El número de palabras es el factor básico para determinar la longitud del texto y, por tanto, definir la tarifa. En número de palabras se cuenta en el idioma fuente; es decir, aquel a partir del cual se traduce. Por ejemplo, cuando se traduce un texto de español a inglés, la extensión del texto traducido suele ser entre un 15 y un 20 % menor al original. Pero esto es así, simplemente, porque cada idioma tiene su propia estructura.
Cuando se traduce desde idiomas como el alemán, con muchas palabras compuestas, algunos traductores usan criterios alternativos como el número de líneas. Pero este no es el caso cuando el español (o el inglés) es la lengua de origen, así que no debes preocuparte por ello.
No siempre es fácil contar las palabras. Si se trata de una web sencilla con pocas páginas estáticas, se pueden copiar en Word y usar el contador de palabras. Si quieres traducir una web dinámica con una base de datos, hay distintas opciones: exportar la base de datos de contenidos, utilizar plugins específicos como TranslatePress, Weglot o CH Easy Word Count… o la más sencilla de todas: pedir presupuesto al proveedor y dejar que él se ocupe de la cuenta exacta.
Grado de especialización
Para realizar tu traducción, ¿necesitas recurrir a un/a traductor/a especializado/a que tenga conocimientos específicos de tu sector? Suele suceder con la ingeniería, la farmacia, la medicina… Si es así, puedes esperarte un recargo en el precio.
Idiomas
Efectivamente, como probablemente intuías, traducir al inglés es más barato que traducir al chino. Las tarifas de traducción son diferentes según la combinación lingüística elegida. Los factores que influyen son el número de traductores disponibles y la dificultad. El precio puede llegar a duplicarse.
Los idiomas más caros suelen ser los de países nórdicos, como el sueco y el noruego. Con otras lenguas como el ruso, chino o japonés, también puedes esperarte un precio mayor que si traduces a inglés, francés o portugués.
Urgencia
El volumen normal de traducción que asume un proveedor suele ser de unas 1500-2000 palabras al día. Además, debes tener en cuenta que posiblemente tenga otros encargos además del tuyo. Por eso, si te urge mucho la traducción te puedes esperar un recargo de urgencia de un 15-20 % aproximadamente.
Repeticiones
Si se trabaja con volúmenes de texto considerables, al medir el número de palabras, también se pueden tener en cuenta las repeticiones de texto para facturarlas a un precio menor. Es una situación común, por ejemplo, en las traducciones de tiendas online, cuando las descripciones de productos tienen partes coincidentes.
Recuerda que esto solo se puede tener en cuenta si se repiten secuencias de palabras de cierto tamaño o frases enteras, no una o o dos palabras aisladas. Por ejemplo, en una página web sobre automóviles, cada vez que aparece la palabra «coche» no lo podemos considerar una repetición, ni «coche blanco» tampoco.
Hay herramientas como Repetition Detector que ayudan a detectar esto, pero no dejan de ser rudimentarias. Lo mejor es recurrir al proveedor (a varios si hace falta) para que él mismo detecte las repeticiones con su programa de traducción especializada y las integre en el presupuesto.
Forma de entrega
La forma en la que entregas y recibes los archivos que se traducen también condiciona los proyectos para traducir una página web y, por tanto, su presupuesto. No es lo mismo enviar y recibir los archivos en formato doc, txt o html y recibirlos de la misma forma que solicitar una traducción directamente en el CMS, incluyendo la maquetación web en el idioma de destino.
Cuando hay que traducir bases de datos o páginas web dinámicas, el presupuesto también puede verse afectado.
Regularidad
Puede que no solo necesites una traducción puntual, sino encargos con una determinada regularidad. Podría darse esa situación, por ejemplo, si actualizas tu blog en varios idiomas o si gestionas una tienda online que incorpora nuevos productos todos los meses.
Comprometerse a proporcionar un volumen de trabajo mínimo cada semana o cada mes también influye en el presupuesto para traducir una página web. Los traductores, además de ganar estabilidad, adquieren conocimiento sobre la empresa y el sector y cada vez pueden trabajar con mayor productividad.
Crear una página web: estimación de precio personalizada
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Proveedores y precios para traducir una página web
Ya conoces las principales particularidades que condicionan los presupuestos para traducir una página web. Por tanto, es fácil comprender que los presupuestos que ofrece este artículo son orientativos. En función del nivel de calidad y los añadidos descritos en el epígrafe anterior, el presupuesto puede cambiar.
Agencias de traducción: entre 0,08 y 0,15 €/palabra
Las agencias de traducción trabajan con equipos de traductores (contratados o freelance) y con gestores de proyectos, que son quienes mantienen contacto directo con el cliente y se encargan de enviar las traducciones a las personas adecuadas. Por tanto, la principal ventaja es que la agencia estudiará tu proyecto y elegirá a sus colaboradores más adecuados para ocuparse de él.
Para una traducción sencilla de español a inglés realizada por traductores con experiencia, el precio más habitual serán 10 céntimos de euro por palabra y algunas agencias podrán reducirlo a 8 o 9 céntimos. Las traducciones a francés, portugués e italiano tienen precios similares.
Si necesitas traducir tu web a las lenguas cooficiales de España, el precio puede bajar a 7-9 céntimos para el catalán y el gallego, pero con el euskera rondará los 11-12 céntimos. Los idiomas más caros son el ruso, chino, árabe y japonés, para los que una traducción desde el español puede oscilar fácilmente entre 12 y 16 céntimos.
La agencia de traducción española Ibidem Group tiene una página de tarifas bastante completa. Planet Lingua también explica con bastante precisión cómo gestiona sus proyectos y presupuestos.
Para los idiomas más populares como el inglés, hay algunas agencias que ofrecen tarifas más baratas con traductores junior o en prácticas. En esos casos, es recomendable contratar un servicio de revisión posterior para evitar fallos o mensajes poco claros.
Traductor profesional freelance: entre 0,06 y 0,13 €/palabra
Recurrir a un/a traductor/a freelance directamente tiene la ventaja de que no hay costes de intermediación. Te comunicarás directamente con la persona que se encargue de la traducción. Por otro lado, evidentemente, tendrás que dedicar cierto tiempo a buscar al profesional más adecuado.
Para buscar profesionales, las plataformas freelance generalistas como Malt, Freelance.es o Workana tienen una gran comunidad de traductores independientes inscritos. Si lo prefieres, puedes acudir a una comunidad virtual específica de traductores como las siguientes:
Estas comunidades funcionan de forma similar. Tienen un gran foro con una sección de trabajos de traducción. Es posible inscribirse como cliente final y publicar una descripción de tu encargo. Los traductores responderán con sus presupuestos y condiciones, si las tienen, y podrás elegir a quien te interese.
Estas plataformas de traductores permiten inscribirse de forma gratuita, pero también ofrecen paquetes premium para que tus anuncios tengan mayor visibilidad y para recibir ofertas de un mayor número de traductores.
Las tarifas de los traductores freelance
Si con las agencias nos podemos encontrar variedad tarifaria, al contactar con los profesionales por separado todavía más. No obstante, hay unos intervalos tarifarios de referencia. La página de tarifas de Proz se elabora a partir de proyectos reales en los que han trabajado traductores freelance y es probablemente la referencia más completa del mercado actual.
Como regla general, podemos tomar las anteriores referencias de tarifas de agencias de traducción y restarles un céntimo. Por ejemplo, la tarifa estándar de español a inglés es de 0,09 €/palabra y la tarifa mínima de 0,07 €/palabra.
Nuevamente, estas tarifas se aplican a traductores profesionales con experiencia y/o expertos en un sector. Los traductores nóveles pueden ofrecer tarifas más reducidas y aun así proporcionar suficiente calidad. La diferencia con las agencias es que en este caso no hay gastos de gestión, por lo que hay un poco más de margen para reducir precios.
Por lo general, podemos decir que el precio mínimo para que una traducción tenga una calidad aceptable es de 5 céntimos de euro por palabra.
Sofware de localización: a partir de 20 € al mes + revisiones
En los últimos años están proliferando bastante las plataformas de SaaS (software as a service) de traducción como Bablic:
- Traducción de la página web de forma automática, como si lo hiciese Google Translate, pero apoyándose en el sistema de inteligencia artificial de la plataforma, y entrega de los archivos traducidos listos para publicar.
- Revisión del texto traducido por traductores nativos.
Como indicábamos al principio, el segundo paso es imprescindible. Algunas plataformas tienen equipos de profesionales que se pueden encargar de ello. Si no, tienes la opción de buscar un profesional freelance que se ocupe.
Los precios de Bablic oscilan entre 24 y 249 $ al mes. La ventaja es que proporcionan la web traducida ya maquetada.
Otras variantes de estos SaaS, como Crowdin y Smartcat ofrecen una herramienta de traducción en línea que tiene una versión gratuita y facilita la gestión de la traducción porque devuelve un archivo de formato idéntico al original (doc, txt, xls, html). Sin embargo, se trata de una solución parcial porque sigue siendo necesario un traductor o al menos una revisión profunda de la traducción automática. Su ventaja principal es que facilitan el tratamiento de archivos, lo que puede venir bien, por ejemplo, si se manejan documentos HTML complejos con muchas etiquetas y tablas.
Por último: no descuides el seguimiento
La traducción es un trabajo que entiende mucho de calidades. Como decíamos al principio, la inversión en una buena traducción supone algo más que la comprensión del mensaje en inglés, francés, alemán, ruso, árabe…: es la trasmisión del posicionamiento completo de la marca.
Por ello, sea cual sea la solución que elijas para traducir una página web, una parte importante del proyecto será llevar el seguimiento con los profesionales que se encarguen de ello. Si son varios, han de tener unas normas de consistencia claras: usar el mismo tono, los mismos términos, etc.
Cuando te dirijas a tus proveedores, no debes escatimar en dejar claros estos aspectos y llevar un seguimiento de ellos cada cierto tiempo. Si es posible, puedes pedir tu opinión a otros lectores de la lengua de destino (a la que has traducido) para que te trasladen sus impresiones. El tiempo y los recursos invertidos son clave en la estrategia de internacionalización de la marca.
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